En declaraciones a Es un Montón, por Radio Provincia AM1270, se refirió al informe titulado “La crisis aprieta en las casas y en las calles” que elaboró junto a otros técnicos y especialista en “base al análisis de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares y otros relevamientos que se estuvieron haciendo”. En ese marco, señaló que los datos oficiales son “un indicador muy claro que pone en contexto esta idea que circula respecto de que la macro estaría estable y mejorando, pero como consecuencia de un recorte muy fuerte del umbral de consumo mínimo de los hogares”.
En tal sentido, el sociólogo agregó que “la disminución de la demanda se basa en parte a que las personas de las familias comen menos comidas al día y, para comer esas comidas, se endeudan, gastan ahorros o piden prestado”.
El entrevistado advirtió que “es una situación que marca una crisis muy profunda y que va a contramano de la idea de la disminución de la pobreza y la desaceleración de la inflación”.
Por otra parte, el investigador cuestionó que “la brecha entre lo que la gente percibe en su vida cotidiana y lo marcan las estadísticas oficiales puede generar un problema extra: un nuevo descrédito ante los datos y los relevamientos estadísticos”. Seguido, valoró que “la estadística es una herramienta fundamental para la política pública, pero solo sirve si damos las condiciones necesarias para que la población pueda interpretar esos datos”.