El especialista argentino en sociología de la religión señaló que tras el papado de Francisco, la Iglesia Católica “es una institución que está tratando de insertarse en el mundo de los pobres y al mismo tiempo se está quedando sola”.
En contacto con "Es Un Montón" por Radio Provincia, Fortunato Mallimaci analizó que en la década del 60' “había otras posturas a nivel mundial que le demandaba un cambio desde la internacional socialista, demócrata cristiana e incluso comunista” pero “hoy con las extremas derechas y un mundo que se ha dislocado se le está haciendo complejo” el rumbo.
Asimismo describió que en ese escenario, la iglesia “encuentra una resistencia religiosa, política y económica fenomenal donde está asentada: Europa, Estados Unidos y América Latina" y por lo tanto "cuando estos 130 cardenales tengan que decidir… por un lado estarán las bases, que representan la identidad y por otro la hostilidad que se presenta y que es la que quiso Francisco”.
En ese maro ponderó como “muy valioso, lo que hizo el Papa de ir hacia el islam, porque también me disloca, o al mundo budista… porque me tengo que ir hacia donde haya millones de personas…” Y consideró que en el cónclave para designar al sucesor de Francisco la discusión será “o volver a un pequeño grupo de identidad y fuerza, porque nos sentimos amenazados y hacemos memoria de cómo se resiste; o hacemos memoria de que hay que abrirse y sumar a otros distintos a mí” que es uno de los legados del Papa que “poco se discute”.
Finalmente, respecto a las exequias al sumo pontífice, dijo que pese a que se decidió llevarlo a las tumbas en “Santa María la Mayor” (…) “la imagen de la plaza de San Pedro de ayer me hizo recordar a las ceremonias nazis” porque “de un lado estaban los poderosos del mundo, del otro los poderosos de la iglesia disfrazados de rojo y detrás el pueblo”.
“Estuvimos hablando de su Papado, de lo que significaron los pobres, los descartables, las periferias pero aún no se modifica esa estructura vaticana; ya que se repitió una ceremonia de reyes que se viene haciendo desde hace 500 años, (…) y eso me impresionó y es para volver a meditar”, reflexionó.