De todas maneras, dijo que “estimularía a alguien que está comenzando” para que se conecte con este escenario, promoviendo que nuevos talentos sigan creyendo en la profesión pese a las adversidades.
En ese sentido, resaltó la importancia de la lectura: “A mis alumnos les insistía con eso, y, en general, la respuesta de ellos era ‘che, no seas plomo’”, contó.
En esa línea, subrayó que “el tipo que quiere ser periodista tiene que tener facilidad para la comunicación” y debe ser una persona a la que “nada le resulte indiferente”, además de sumar curiosidad y sentido del humor.
En cuanto a las redacciones, lamentó que “ya están casi desiertas”, considerando que, según le contaron, ahora solo los editores tienen la obligación de ir presencialmente. “Las extraño mucho”, reveló, y cerró: “Desarrollé el músculo de la escritura. Es un oficio como el que tenía mi papá, que lustraba los muebles”.
También analizó que “hay de todo”, porque existen periodistas que fácilmente “se ponen la camiseta de la empresa”, y hay otros que son profesionales y dicen ‘bueno, caí en esa empresa, pero no soy la empresa’.
Por último, detalló que no pudo tomar la costumbre de leer diarios digitales, y concluyó: “Uno de los escenarios que más me estimulan es poder arreglar mi archivo de papel, que es muy desordenado pero a la vez muy estimulante para mí”.
Escuchá la entrevista completa: