pasado, con comediantes que atravesaron la pantalla chica en su rol de conducción, o en su papel de segunda guitarra en ciclos que lideraban el prime time. “Lo que más me sale de mi ejercicio y mi profesión es contar chistes, me considero humorista, pero es verdad que arranqué estudiando teatro, quería ser un actor serio, hacer Hamlet, esa fue la intención cuando fui al primer taller de teatro, pero el profesor Augusto Fernández me dijo, tengo un problema, pasás al frente y los demás se ríen de verte, de escucharte la voz, y todo traumatizado, dije qué hago, y me respondió, dedicate al humor que tenés mucho para dar. Así que soy un actor frustrado que trabaja de humorista, pero lo disfruto muchísimo, porque ya me hice amigo con esta profesión”, destacó Alacrán en Radio Provincia.
“Mi vida cambió cuando llegaron los contratos, porque mientras tanto era todo un día a día, me contrataban para un show, para otro, pero cuando me dijeron que firmaba por un año calendario, que en la década del noventa se usaban mucho los contratos de enero a diciembre, sentí el cambio, siempre había sido un laburador independiente, estaba costumbrado a que, si no trabajaba, no cobraba. Veía el contrato que decía del 1 de enero al 31 de diciembre y el programa empezaba en marzo, y pensaba, esto no existe, voy a estar tres meses sin laburar y me pagan”, enfatizó.
Samsó vive en Miami, transcurriendo una nueva experiencia en su carrera, realizando eventos privados y soñando con regresar a Argentina. “En Miami para hacer un show hay que tener visa de trabajo, la tramité, empecé a meter algún show, y cuando empezaron a llegar los mensajes para trabajar en Argentina y en Miami tuve que decidir.
En pandemia que Argentina se cerró mucho y no se podía salir, me definí por Florida que era el estado más abierto de Estados Unidos, no había ninguna limitación, podías ir a la playa, ir a caminar, andar en bicicleta, por eso mucha gente de Estados Unidos en época de pandemia se mudó a Florida, explotó en época, y empecé a trabajar acá, y a partir de ese momento se hizo como hábito pasar un tiempo en cada lugar y este último año se incrementó mucho el trabajo en Miami”, marcó en Ida y Vuelta.
“Me están llegando muchos mensajes para hacer shows en Argentina, y lamento muchísimo no poder tomarlos, pero en este momento me metieron en un grupo que se llama Genios del humor, que es un grupo de latinos, hay un cubano, un venezolano, un colombiano, un español, un ecuatoriano, y estamos girando por Orlando, Nueva Jersey, Tampa, es un poquito el sueño del humorista, hacer stand-up en Broadway es un poco la meca, porque cuando empezás a contar chistes, yo que trabajé tanto tiempo en el Parakultural, pensar en hacer un espectáculo en Las Vegas, aunque no lo hago en gran escala sino para públicos reducidos, es una novedad y la estoy disfrutando, juntando fuerzas, porque tengo cada vez más ganas de ir a la Argentina y hacer una buena temporada de teatro allá”, añadió el ex integrante de Cha cha chá.
La estadía en tierra norteamericana necesitó de resiliencia en su tarea como humorista, de reinventarse para conectar con un nuevo público. “Los primeros shows que hice aquí no se reían ni los argentinos, no se reían ni los cubanos, ni los rusos, porque evidentemente uno viene con otro ritmo, otro tipo de chiste, hablaba muy rápido, tuve que trabajar mucho el tipo de chiste, el otro día hice un show y el productor que es ecuatoriano me destacó la diferencia abismal con lo que fue fueron mis comienzos aquí. En el primer show no podía conmover a la gente, me miraban y no ocurría nada, no sé cómo explicarlo, pero el público es distinto, tuve que mirar mucho humor cubano, humor venezolano, mexicano, para poder adaptarme. Hay una impronta, un tono, varias cosas que cambiar, como ocurre con los futbolistas que tienen nuevo equipo y están obligados a adaptarse al nuevo reto, yo tuve que adaptarme al público”, sostuvo.
“No todos los artistas pueden aguantar la indiferencia, acá todo es muy distinto, no es como allá que me para un policía y me dice Alacrán, acá te para un policía y se pudre todo aunque seas Woody Allen, o sea, es todo distinto, o te adaptás o te volvés, yo logre hacerlo, pero es un cambio, en cierto sentido es como un frío glaciar, es como empezar de cero y convivir alegremente con eso, yo la pasé muy bien porque no soy un tipo que está esperando que el mozo me diga uy, alacrán, aquí entro y no me mira nadie, y está todo bien, y en ese sentido es como que hay más cultura de show, allá se hace un show en toda fiesta, en todo cumpleaños, contratan un humorista, acá, en ese sentido, menos,o sea, son distintas, las reglas son distintas”, agregó.
La actuación y el humor lograron ensamblar la carrera del ex Tinelli, pero la impronta fue una construcción que requirió ingenio y elaboración. “Me pidieron un personaje que cuente chistes para una obra de teatro, pero que sea a través de un personaje, entonces me puse a improvisar y así salió Alacrán. Lo llamé así porque en un principio iba a ser antipático con la gente, entonces le puse un nombre que supuestamente suene hostil. Y después fue apareciendo lo de Fernandito, había una publicidad en televisión que anunciaban un tranquilizante y a mí se me ocurrió una pastilla que calme todos los males, la garomba y que todo te chupe un huevo”, dijo en relación a personajes que quedaron indelebles.
“Se extraña mi país, sobre todo los afectos, conozco gente que acá, inclusive que les ha ido muy bien económicamente, que no pudieron soportarlo, no hay plata que los haga venir para acá. Yo logro superarlo porque no me lo tomo como algo definitivo, pienso que entrado el año que viene sin falta quiero ir allá, extraño también al público argentino”, concluyó el fanático hincha de San Lorenzo.
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