Diego Molina, miembro fundador de la ONG "Conduciendo a Conciencia" consideró que con la Resolución 57/24, que desregula el transporte interurbano de pasajeros, “el Estado nos deja en banda”.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, Federico Sturzenegger anunció, por twitter, la norma que permite que las personas con vehículos grandes o pequeños, con seguro y revisión vehicular aprobada, puedan ser proveedoras de transporte interjurisdiccional de pasajeros.
En “Napalm”, por Radio Provincia Molina explicó que con la reciente norma publicada en el Boletín Oficial “el Estado se está desvinculando de la responsabilidad fundamental del cuidado de las personas en el transporte de pasajeros”.
Seguido señaló que a partir de ahora “cualquier persona con sólo tener la VTV” al día puede ofrecer ese servicio sin tener en cuenta que el conductor tenga “un registro profesional, un apto psicofísico o que no posea antecedentes penales”. Además, tampoco se contempla que “estén los cinturones de seguridad correspondientes y los neumáticos en condiciones” ni “de dónde salís, la ruta que vas a tomar y las horas de descanso de los choferes”.
Asimismo alertó que esta medida hay que analizarla en el marco de que “el Estado también se está desvinculando de la obra pública” porque “como las rutas se van utilizando y no se arreglan, cada vez más las vamos a tener en peores condiciones y esto va a llevar a mayores siniestros viales”.
También Molina insistió en que la Resolución pone en estado de “indefensión” al usuario del servicio de transporte porque “te podes subir en cualquier lugar sin que el vehículo esté en condiciones, sin que la CNRT lo controle, sin saber por dónde va a ir y sin tener ningún tipo de registro de él o los pasajeros. Esto es realmente preocupante”.
Además, señaló que en este contexto “nadie va a hacer un control de alcoholemia" previo a la salida y lo consideró como "el problema más grave". "El Estado es la entidad que debe cuidar a los ciudadanos y en este caso se está desvinculando de esa responsabilidad tan importante. Nos deja en banda, en manos de nadie y eso es preocupante”, cerró Molina que impulsó la ONG que preside luego que su esposa falleciera en la tragedia del colegio Ecos, en 2006.