Durante una entrevista con El Holograma y la Anchoa, Sergio Bizzio se refirió a Villa Ramallo, donde él nació y de donde también es oriundo Juan María Traverso. “Cuando éramos chicos nos sentábamos en la escalinata del club social del pueblo, sobre la única avenida, y pasaba él en un Ford Falcon para el público”, manifestó. “Yo tengo una relación rarísima con el pueblo. Voy siempre porque todavía vive mi vieja ahí, prácticamente donde viví toda la vida”, añadió.
Asimismo, contó que en su niñez tenía un gallinero y relató: “Un día llego a darles la comida y veo que una gallina sale corriendo de atrás de un arbusto con medio huevo asomando. Yo la corro porque era su primer huevo pero también el mío y en la carrera lo reintroduce. Entonces la agarro y le meto el dedo en el culo para ver si lo engancho. En ese momento se me ocurre un poema, bajó así como los créditos de una película en el cine”.
Mientras que continuó: “Ahí renuncié al huevo y me fui a mi casa a escribirlo. A la tarde mi vieja lo leyó y me dijo 'escribiste un poema'. Para mí era una canción, porque en ese momento quería ser músico, pero ese error de interpretación me hizo poeta. A partir de ahí nunca más deje de escribir”.
Por otra parte, hizo alusión a su libro Un lugar precioso y señaló que “son dos novelas relativamente breves, en la segunda hablo del pasado permanentemente, pero de mi pueblo. Está intercalado con el tema extraterrestres. Ese mundo te da libertad total, podes inventar cualquier cosa y todo lo que pueda suceder es verosímil”. A lo que agregó: “Mis extraterrestres en realidad son mis amigos del pueblo, están inspirando en mis amigos vivos y muertos. A veces tengo más presentes los muertos que los vivos”.
Sobre el cierre de la nota, y al respecto de su estilo, Sergio Bizzio expresó: “Yo escribo siempre de maneras bastante distintas entre sí. A veces tengo una historia completa cuando me siento a escribir, a veces no tengo absolutamente nada, en general empiezo por una frase y tiro de un hilito”. En tanto, precisó: “A mí me gusta corregir, no tengo ningún problema con eso. El corregir es elegir las palabras a conciencia, porque en la escritura te dejas llevar y sos más hippie".
Por último, el dramaturgo, poeta y cineasta reflexionó: “Me llama la atención los directores de cine que no leen, los escritores que no miran pinturas, los músicos que no van al cine; que están en una burbuja como en su propio arte. Que falta de curiosidad, es muy raro eso (…). La música es muy importante para mí, la pintura también, el cine lo fue”.