Desde el pasado mes de noviembre se puede disfrutar en la pantalla de Flow de una ficción que invita a reflexionar sobre la inclusión de las personas con autismo, con un elenco de excelencia, que tiene a Federico D’Elía cumpliendo un rol protagónico.
“Un León en el bosque cuenta la historia de un niño con autismo y la lucha de su familia por la inclusión, es un proyecto pequeño, pero que toca un tema muy interesante, que se trata de una manera un tanto romántica, donde la familia decide irse a vivir a la costa pensando que ahí va a estar la solución, como hacemos siempre que tenemos un problema, que decimos me voy a hacer un viajecito, y los problemas uno se los lleva en el viaje, cuando el tema es trabajarlo y tratar de encontrar la vuelta. Es como poner en la lupa a una familia durante quince días, y lo interesante de esto es que hablamos del autismo, no es un programa sobre autismo, y de todo lo que pasa alrededor de eso, cómo modifica a una familia, cómo lo miran desde afuera, y está hecho con una honestidad brutal, de una manera muy honesta, y eso es lo que está pegando bien en la gente”, destacó en Radio Provincia.
“Cuando me contaron sobre el proyecto pregunté si estaban bien asesorados al respecto, porque que se estaba tocando un tema muy delicado, y que era difícil, y si no estaba de verdad chequeado, no me metía. Ahí me enteré que el director tiene un sobrino que es autista, que tenía el deseo de contar la historia y que sabía mucho del tema, y aparte tiene una ONG, y estuvo arriba de los libros, chequeando todo este tipo de cosas, eso me dio una tranquilidad muy grande, y después la historia en sí misma me parecía una historia para contar, y para esto sirve la ficción también muchas veces, para vehiculizar estos temas, que uno los pueda ver desde otro lugar, no solo desde lo profesional de un médico, y poner estos temas en pantalla es buenísimo, porque generan esto, gestan charlas”, argumentó.
La serie está narrada en ocho capítulos, con la dirección de Mariano Hueter, y logra reforzar un tema que nos atraviesa como sociedad, con instituciones que tampoco logran dar una respuesta eficaz a las familias que conviven con niños que tienen la condición del espectro autista. “El gran problema que tienen estas familias no es el nene autista, más allá de sus miedos, sus dudas y sus deseos de que el nene progrese, sino que la dificultad está en el afuera, es qué sucede con todos los que no estamos comunicados con eso, o que nos asustamos y no hablamos del tema, no sabemos cómo expresarnos, no sabemos qué hacer, y la realidad es que está aumentando de una manera cada vez más grande, creció un 330 por ciento en veinte años, y no es solo por el mayor diagnóstico, sino que están hablando de una especie de evolución del ser humano que no se adapta al ritmo de vida actual, a las exigencias, al estrés, al alimentar, hay un montón de cosas que están evaluando, por qué pasa todo esto”, manifestó.
“Es importante empezar a entender, comenzar a hablar, es una gran ayuda para toda esta gente poder ser empático, en este caso con un chico autista, pero en general con todas estas cosas que no las tenemos nosotros, y que nos distancian por desconocimiento, por miedo, a mí me da temor dar notas, porque tengo miedo de meter la pata y lastimar a los familiares de los chicos con autismo, y es lo primero que hablé con los padres, y me dijeron que hable, que me equivoque, que me confunda, mientras sea con respeto”, dijo en Ida y vuelta.
El extenso recorrido de D’Elía en el mundo de la actuación muchas veces estuvo atravesado por su condición de hincha de Estudiantes de La Plata, con algunos guiños que generalmente pasaron desapercibidos por el público en general y que en este caso bien podrían confundir al televidente futbolero, ya que en la ficción interpreta al papá de León, y porque además el título podría situarnos imaginariamente en el bosque platense.
“Con Estudiantes siempre me llevo bien, es un club que me hace feliz más allá de los resultados, después con lo que es el fútbol en general, y con nuestro campeonato, me llevo pésimo, cada vez me gusta menos. Fui un defensor a ultranza del fútbol argentino cuando decían que era un desastre, pero con el último cambio de los no descensos, con treinta equipos, vas a ver algunos partidos que son lamentables. Y esos equipos, muchos que son muy malos, que obviamente al ser fútbol te pueden ganar un partido, te amargan la vida. Era como el último bastión que uno guardaba de niño, pero cuando todo eso empieza a manipularse, que todo eso se empieza a dirigir de una manera u otra, todas las cosas que están sucediendo con el VAR, me lo fueron matando”, sostuvo el habitué del Estadio UNO Jorge Luis Hirschi.
La versatilidad actoral de quien supo brillar en Los simuladores, o bien interpretar al preparador físico de Diego en “Maradona, sueño bendito”, tiene un componente ineludible que es la sangre paterna, de un destacado como Jorge D’Elía, y hoy la línea actoral tiene un nuevo protagonista, su hijo mayor. “Yo pensé que no iba a seguir, pero de golpe Teo decidió ser actor y está buenísimo, está disfrutando y la está pasando muy bien, esas cosas van sucediendo, van pasando, se van dando. En mi caso me metí para ser actor porque no me quería ingresar en una facultad para estudiar, no es que nace del deseo de ser actor, porque lo que más me gustaba era ir al teatro a ver cómo estaban en los camarines, cómo salían a comer después del teatro, no tanto el laburo del actor.
Después me fue gustando, mientras pasaron los años fui aprendiendo el oficio, y fui entendiéndolo, queriéndolo más, y respetándolo. No tengo nada de qué quejarme, al contrario, soy un afortunado y me fue bien en una profesión que es muy difícil que nos vaya bien, porque hay poco trabajo en general, y hasta es injusta, hay muchos actores muy buenos que nunca pudieron trascender, y otros que tal vez trascendieron un montón y no son tan buenos, no tiene tanto que ver con eso”, concluyó.