En una entrevista con El Tenedor de Libros, Eugenia Zicavo y Maximiliano Tomas destacaron su ciclo en Bibliómanos. “Están pasando capítulos que no están en Youtube. Es una sensación bastante agridulce, porque que pongan esos enlatados es el devenir del vaciamiento de la TV Pública actual. Al mismo tiempo es un programa que en las condiciones actuales de la televisión sería imposible de replicar”, aseguró la socióloga.
Por su parte, el periodista y crítico literario aseguró que “por supuesto que salpimentamos un poco nuestra relación antagónica, pero tiene su base y fundamento. Al mismo tiempo somos amigos y nos queremos, pero diferimos mucho en nuestros gustos culturales. Ese es uno de los secretos de que el programa anduviera y funcionara bien”.
Al respecto del momento que vive la cultura, Zicavo especificó: “En momentos donde hay que achicar los presupuestos para llegar a fin de mes, el libro es algo prescindible. No porque lo sea, pero los lectores accedemos a la literatura de muchas maneras: en internet circulan textos, en las bibliotecas siempre hay textos pendientes, están las librerías de usados”.
Mientras que el director del Centro Cultural Recoleta manifestó: “Soy funcionario público por primera vez en mi vida, pero soy al mismo tiempo director de un centro cultural cuyas actividades son todas gratuitas. Claramente veo la avidez del consumo de contenidos de calidad y gratuitos”. A lo que añadió: “También tengo una librería y veo como estoy vendiendo entre un 30 y 50% menos que el año pasado, que no era un gran número pero era un número de supervivencia (…). El interés de la gente por la cultura no baja, solo que los bolsillos están muy flacos”.
Asimismo, la periodista especializada en temas culturales reflexionó: “Hay gente que quiere ser escritor sin escribir porque hay cierto prestigio en torno a esa figura y también una fantasía que tiene poca correspondencia con lo real. La mayor parte de los escritores y las escritoras no viven de la venta de derechos de sus obras, viven porque son docentes, porque dan talleres, porque hacen clínicas de obra. Son contados con la mano quienes viven de su literatura”.
A lo que Tomas agregó: “Creo que la crítica está muerta, que la crítica literaria no existe hace varios años. No sé si es algo de Argentina, por lo menos en lo que conozco del mercado hispanoamericano está liquidada. Básicamente no hay lectores de crítica. ¿Quién lee una crítica el día de hoy o un ensayo literario? Eso no quiere decir que esté bien”.
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