En diálogo con El Repaso por Radio Provincia AM 1270 el letrado dijo que su defendida “va como víctima y testigo calificada de lo que aconteció”, para luego considerar que el intento de magnicidio “fue un hecho muy grave desde el punto de vista institucional y político”.
En relación al aspecto penal, afirmó que “es un hecho absolutamente probado, no solo porque se ve en las cámaras sino porque el mismo acusado, Sabag Montiel, reconoció en su declaración indagatoria que tuvo el propósito de matarla porque la pistola se trabó y no porque su voluntad estuviera disminuida”.
En ese sentido, cuestionó el Sistema Federal de Justicia que atraviesa “uno de los desequilibrios más grandes de la historia judicial argentina: no sé si en la justicia federal del Proceso (aludiendo a la dictadura genocida instaurada en 1976) se hubiera animado tanto". Me cuesta mucho respetar a un sistema judicial que considera a los familiares de las víctimas del ARA San Juan como sospechados de haber amenazado al presidente de la Nación”. Ante lo cual, “que eso ocurra y que no se conmueva el mundo judicial en la Argentina, llama poderosamente la atención”.
Por otra parte, remarcó que “hay un silencio enorme de las propias cátedras universitarias, que frente a los desmanes que se comenten todos los días debería dar una mayor relevancia al tema en las casas de estudio”, y expresó que “frente a un hecho de semejante gravedad, el Sistema Federal de Justicia mira para otro lado”.
Ante “las bolsas mortuorias, el apedreo a su oficina, y un clima previo que nadie investigó, llega un momento determinado en que uno piensa dónde se va a resolver esto, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos es el único lugar al que podemos apuntar. Creo que ni yo ni la doctora estaremos vivos, pero si tenemos suerte algo veremos de justicia como valor”, concluyó.