Patricia Sosa contó en Radio Provincia que necesitaba retornar al vértigo de las giras musicales, para desplegar el poder de la música que continúa latente.
“Estuve un año haciendo teatro en la obra Perdidamente, eso me quitó ocio creativo, necesitaba salir a tocar con la banda, pedí que me armen una gira para sentirme viva, y el Coliseo es soñado, con una acústica preciosa. La presentación se da en medio de una etapa de grabación, porque estoy haciendo dos discos, un entero a dúo con el baladista mexicano Manuel Mijares, cantado las canciones que fueron número uno en Latinoamérica en los últimos treinta años, y mientras tanto estoy grabando Déjate querer”, marcó sobre su presente artístico.
“Oscar (Mediavilla) es el mejor, tiene un estudio de excelencia, que es el esfuerzo de toda la vida, pero tener que grabar con él es la parte más compleja del matrimonio, me hace parar muchas veces para buscar perfecciones en detalles, se aprovecha conmigo porque sabe que le tengo toda la paciencia del mundo, nuestra historia profesional es hermosa. Siempre fui muy espiritual, experimenté la soledad absoluta, porque en mis inicios o eras la minita de los músicos o eras compinche de la droga, no tenías muchos más caminos y yo me iba sola, gracias a Dios lo tuve a Oscar”, indicó sobre el vínculo laboral con su marido, compositor y productor discográfico.
Su inicio como cantante fue muy complejo, teniendo que despejar el camino repleto de incomodidades, producto de ser una profesión muy machista en aquellos tiempos. “En la época que llegue a la música prácticamente no había mujeres, no sabía que estaba abriendo un camino. Me bajaban de los escenarios, costó mucho que me respetaran como profesional. Hoy me doy cuenta de que llego hasta acá con las piernas firmes, que no soy un arbusto que se lo llevará un vientito, que soy un árbol sólido, que puede dar cobijo”, reflexionó en Ida y vuelta.
“Cuando escucho a las colegas nuevas que solo hablan de perreo y meterse en la cama, siento que el mensaje atrasa, aunque las cantantes sean geniales. Me gustaría que tengan más compromiso en el discurso. Siento que van por la autopista, sin pagar peaje, que no van por el camino de ripio, y eso tiene un precio que es la salud mental, hay que tener cuidado con no poner el pie en el freno, observar a quienes se te acercan”, observó sobre la tendencia negativa en una franja etaria del mundo musical.
Sobre su presentación en la capital bonaerense, adelantó algunos detalles: “Tengo armado un concierto hermoso, donde muestro todas las canciones que grabé en el último verano, pero también estarán los temas de siempre. Un espectáculo donde estemos todos juntos, porque tengo mucha empatía con la gente, me gusta dejarme querer, como el tema que voy a brindar en el teatro Podestá”, puntualizó sobre Gira Mágica que arribará al Teatro Coliseo Podestá el jueves 15 de agosto a las 21 horas.
“En mi carrera artística gana la cantante por sobre otras cosas, porque soy audio, me gusta ser actriz y estudié teatro, pero cuando canto pasan cosas dentro de mi alma, largo un sonido y de repente toca a otra persona, lo hago con convicción, me olvido de que tengo cuerpo, soy música, por eso no cambio vestuario durante el espectáculo”, concluyó en referencia a sus diversas propuestas vinculadas al arte.