En diálogo “Napalm” por Radio Provincia 1270, el jurista español y coordinador de la defensa de Julian Assange, fundador de Wikileaks, Baltasar Garzón, habló sobre el conflicto que se ha desatado por los dichos del presidente Milei contra el gobierno español y sobre las repercusiones que tienen las posturas negacionistas del gobierno Argentino.
En ese plano, Garzón indicó que lo que sucede con el presidente MIlei es “es un incidente muy desagradable que no sé a dónde nos va a llevar. Es una deriva que no beneficia a nadie y mucho menos a las relaciones diplomáticas entre Argentina y España”, agregó que se trata de “un verdadero despropósito, y la moderación que debería hacerse desde la presidencia de un Estado es por lo menos cuestionable.
Afirmó que “no se puede ir a un país, que te recibe como un país amigo, a insultar a las instituciones. Hay formas de mostrar la discrepancia ideológica, económica, político sin necesidad del insulto y el exabrupto que son más propias de un sistema que no es democrático”.
Al ser consultado sobre qué opina de la situación política en Argentina, aseveró que “es un panorama muy grave y desalentador. La descalificación desde la política, la confrontación con la sociedad, el negacionismo que se instala en el Estado y la violencia y ataque del Estado de bienestar, la apelación a la inexistencia de la justicia social chocan con todo aquello, que desde que tengo uso de razón en España y después en democracia, he luchado por erradicar”.
Agregó que el sistema ultraliberal que proponen algunos como la solución de la situación al mundo “creo que es prenderle mecha a una bomba a punto de estallar. Ese no es el camino y las pruebas están ahí, la inflación sigue por las nubes, la conflictividad social también, no puede anularse todo lo público con recetas no han funcionado y el diálogo y la moderación es lo que se debería imponer pero creo que mi posición está en clara inferioridad en estos tiempos y eso me preocupa de forma muy importante”.
Al ser consultado sobre la polarización de la política en general y las posturas de derecha e izquierda en América Latina y España, dijo que “la polarización existe desde que alguien está interesado en que permanezca y se amplíe”, reconoció que “hay asimetrías entre la extrema derecha conservadora y la más radical que se aproximan de Europa, en España y Alemania, y el cordón sanitario que se está poniendo es un riesgo y ahora peligrosamente hemos tenido historia, es un riesgo y ahora están exacerbando cualquier posición contra lo que hemos conseguido y ahora contra la migración. Esas posturas protofascistas en contra de la moderación de la izquierda que a veces no se encuentra a sí misma, pero lo que no hace es atacar a los más vulnerables, a la desigualdad y busca equiparación y disminución de la brecha como hemos visto en gobierno populares y ahora hay un asalto a todos esos logros”.
Seguido, indicó que “al margen de las ideologías, los logros en consolidación de derechos no se pueden revertir serían antidemocráticos y lo que estamos viendo son planteamientos que nos llevan a la catástrofe. El negacionismo nos hace entrar en una especie de pozo sin fondo que no sabemos a dónde nos va a llevar”.
Al referirse al poder de la justicia y el rol del poder judicial, Baltasar Garzón aseveró que el poder judicial es el garante de los equilibrios, “no es ajeno, sino que vertebran el Estado de derecho, y hay que cuidarlo, pero no podemos permitir la politización intencionada de la justicia con participación de las elites. Dando lugar a la instrumentalización del derecho en beneficios de intereses políticos, ideológicos, económicos mediáticos determinados lo que se conoce como lawfare”, agregó que cuando esto sucedió en España “se rasgaron las vestiduras porque la tentación a instrumentar la justicia es algo muy grave. La justicia debe generar la confianza pero no sucede porque se están subordinadas a los intereses políticos”. Tenemos que reivindicar esa independencia y demostrarlo ante cualquiera. Hay un límite no podemos revertir el derecho consolidado”.
Al ser consultado sobre cómo deberían actuar los ciudadanos cuando el sistema judicial se establece con criterios de persecución política, Garzón sostuvo que “el titular del poder son los ciudadanos y si no somos capaces de desestructurar que el poder judicial se ha convertido en un partido judicial vamos muy mal. Afortunadamente hay ejemplos de jueces y fiscales que dan el ejemplo y ese es el fin a seguir. La única forma en que creo es posible es cuando se es transparente. Es muy difícil que un ciudadano normal acepte aquello que se le cuenta. Es muy peligrosa la situación en la que estamos porque estamos a un paso del derecho penal de autor, algo que parecía que había desaparecido y ahí tienen un papel muy importante las corporaciones económicas y mediáticas que hacen gala de ese poder. En el caso del Lawfare no funciona si estos elementos no se concatenan”.
Por otra parte, al ser consultado sobre la postura del gobierno argentino, la caracterización y la negación por parte del gobierno nacional dijo que “siento mucho dolor por las víctimas que son re victimizadas. Cuando a una víctima se le niega el proceso de reparación se le vuelve a reproducir y me parce una absoluta bestialidad que personas con capacidad política no puedan aceptar datos históricos. No se puede tratar de hacer un negacionismo de hechos que acontecieron”.
Seguido, amplió que “Argentina es un maravilloso ejemplo en este caso con el proceso a las Juntas militares, después vino una fase importante de olvido e impunidad pero después gracias a esas iniciativas políticas como las que encabezó Néstor Kirchner, son jueces los que han dicho en sentencias constantes permanentes y definitiva que ha habido crímenes contra la humanidad, que ha habido represión, tortura. Una persona que tiene un cargo público de la relevancia de un presidente no puede decir esto es un insulto a la inteligencia”.
Al mismo tiempo indicó que “una ley contra el negacionismo puede implicar quebranto de la ley, no es fácil y habría que estudiarla, pero ya hay sanciones en la propia legislación Argentina que de manera amplia condenan ese negacionismo”.
Por último, Garzón afirmó que “la fuerza que tienen los organismos de derechos humanos en Argentina, no existen en ningún país del mundo, que han ido en una línea, no de venganza, sino de exigencia de justicia, verdad y memoria en derechos humanos reconocidos por la ONU y cuando un líder político va en contra de esos derechos está yendo en contra de la humanidad y antes p después se le tiene que exigir esa responsabilidad”.